Las 5 Leyes Biológicas fueron descubiertas y postuladas por el Dr. Ryke Geerd Hamer hace más de 40 años. Este descubrimiento es sin duda uno de los más importantes en la historia moderna y posiblemente el más disruptor en el campo de la salud que conocemos hasta la fecha.

Estas leyes demuestran en el 100% de los casos cuáles son las causas o disparadores de lo que habitualmente denominamos como enfermedad que, en realidad, bajo la lupa de la biología, son programas especiales que nuestra biología tiene preparados para adaptarnos a situaciones que atenten contra nuestra integridad como individuos o que supongan un estrés o variación importante en nuestras vidas.

Las enfermedades son, en definitiva, combinaciones de síntomas derivados de una o varias activaciones de programas biológicos específicos, que como programas que son, tienen un inicio, tienen sus fases y tienen su lógica biológica.

Nosotros somos seres biológicos que estamos en constante adaptación al medio que nos rodea. Cambios bruscos en ese medio, ya sea por ejemplo por una catástrofe climática o por un evento traumático individual que nos ocurra, dispara una programación biológica de base que tratará de adaptarnos a las nuevas condiciones.

Es aquí donde comienzan cambios en nuestra fisiología, alterando patrones de comportamiento biológico en:

Todos los síntomas que se nos pueden presentar, aparecen en una de las dos fases bien determinadas de los programas biológicos: la fase activa y la fase de solución.

Muy resumidamente podemos decir que la fase activa es mientras estamos conviviendo con el problema en cuestión, que supone un estrés constante para nuestro organismo y que activa cambios en nuestro ADN y nuestras células que, con el tiempo e intensidad suficiente pueden provocar lo que habitualmente llamamos enfermedades.

Y también resumiendo mucho, una vez que se soluciona el problema o te adaptas a la nueva situación, cambia la fase del programa y entramos en la fase de solución. Aquí es donde habitualmente se presentan la mayoría de los síntomas: fiebre, inflamación, infección, mareos, dolores físicos (la gran mayoría), etc… y por tanto, es donde más precauciones debemos tomar.

Si todo sigue su curso natural, el cuerpo reparará y reequilibrará las funciones que hayan sido afectadas durante la fase activa y tú serás un nuevo individuo/a con un mayor aprendizaje y evolunción.

Un nuevo paradigma de salud

Estos descubrimientos han puesto «patas arriba» a la medicina actual, ya que si conoces las implicaciones de lo que acabas de leer, podrás darte cuenta que muchos de los protocolos que se siguen actualmente en la medicina, quedan totalmente obsoletos, y dejan también de ser útiles muchos de los fármacos que en la actualidad se utilizan.

Y no, ésto no significa que entonces «resolviendo el conflicto» ya está y no te tienes que preocupar de más. Es necesario hacer un seguimiento del proceso y atender las posibles urgencias objetivas, porque las puede haber.

El ideal sería que la comunidad médica conociera y aplicase estos conocimientos en su práctica clínica diaria. Por poner un ejemplo, la medicina que llamamos de urgencias, sería prácticamente la misma, pues su labor en cuanto mantener con vida a una persona aún en las peores situaciones es sublime. Únicamente habría que ajustar algunos aspectos puntuales.

Donde sí habría un cambio radical sería en lo que llamamos medicina familiar y comunitaria, así como en las especialidades médicas más allá de las urgencias.

Mientras esta adopción del nuevo paradigma de salud por parte de las autoridades sanitarias no se realice, sólo nos queda a los profesionales de salud hacer nuestro recorrido individual y aportar a las personas las herramientas y conocimientos necesarios para que os empoderéis y toméis las riendas de vuestro propio proceso.

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